EPITAFIOS
Según el diccionario de la RAE, epitafio:
Del lat. tardío epitaphĭum 'epitafio',
y este del gr. ἐπιτάφιος epitáphios 'sepulcral',
'funeral', de ἐπι- epi- 'al pie de' y τάφος táphos 'tumba1'.
1. m. Inscripción que se pone, o se supone puesta, sobre un sepulcro o en la lápida o lámina colocada junto al enterramiento.
Los epitafios son citas o frases que aparecen talladas en la tumba que conmemoran al difunto de una manera individual. Estas inscripciones marcadas en la piedra retratan los pensamientos finales y la memoria del ser querido fallecido.
Algunas personas pueden incluso tener la oportunidad de escribir su propio epitafio. Ciertamente, no es fácil encontrar las palabras adecuadas cuando se trata de expresar esa última voluntad que quedará tallada para siempre, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un momento difícil para sus familiares.
A continuación, os mostramos una selección de epitafios célebres de algunos escritores.
Ø El poeta chileno Vicente Huidobro, creador del movimiento estético denominado Creacionismo, dejó un epitafio de lo más insólito. Dice así:
Abrid la tumba. Al fondo de esta tumba, se ve el mar.
Ø Quevedo murió el 8 de septiembre de 1645 en una habitación del Convento de los Dominicos de Villanueva de los Infantes cuando contaba con 64 años. En su lápida, podemos encontrar unos versos de uno de sus sonetos, ¡Cómo de entre mis manos te resbalas!:
Qué mudos
pasos traes, ¡oh! muerte fría,
pues con callados pies todo lo igualas.
Ø El escritor y filósofo español de la Generación del 98 Miguel de Unamuno nos dejó un epitafio sacado de la última estrofa de su poema "Salmo III”:
Méteme, Padre
eterno, en tu pecho,
misterioso hogar.
Dormiré allí, pues vengo deshecho
del duro bregar.
Ø El dramaturgo y poeta inglés considerado uno de los escritores más célebres de la literatura universal, William Shakespeare, se despidió con el siguiente epitafio que redactó él mismo:
Buen amigo,
por Jesús, abstente de cavar el polvo aquí encerrado.
Bendito sea el
hombre que respete estas piedras
y maldito el que remueva mis huesos.
Ø El poeta español, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1956, Juan Ramón Jiménez, no habría podido despedirse de otra forma que no fuera mediante poesía, con estas palabras que pertenecen al poema El viaje definitivo:
Y cuando me vaya quedarán los pájaros cantando…
Ø El escritor y dramaturgo español Enrique Jardiel Poncela se mostró la mar de práctico en su epitafio:
Si queréis los mayores elogios, moríos.
Así que si estos días paseáis por el cementerio, fijaos en las lápidas, porque podéis encontrar emotivos epitafios.
Epitafios famosos de personajes históricos conocidos (muyinteresante.es)
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